jueves, 30 de octubre de 2008

OBJETIVIDAD EN EL PERIODISMO
¿FICCIÓN O REALIDAD?

Ser objetivo, en cualquier índole de la vida, es contar un relato, un dato, una noticia o una información en general sin viciarla con la visión del que la está diciendo. Pero este concepto toma una valor superlativo en el periodismo ya que en esta profesión lo que se valora es justamente el informar los hechos sin contaminarlos con apreciaciones personales. Muchas veces en cualquier ámbito se habla de que “esta información es de buena fe”; otro concepto abstracto: la fe. La fe medida ¿con respecto a que? Un auto pudo haber chocado, es el dato de la realidad y es cierto. Pero el conductor podría estar ebrio porque lo habían echado del trabajo y finalmente se concluye en que el país es un pandemonio de gente sin trabajo. Con este mero ejemplo donde se relata una sucesión de hechos se termina informando y concluyendo que el incremento de los accidentes de tráfico tiene que ver con que el país atraviesa una crisis económica y por ende de desempleo masivo. A su vez la objetividad se puede asociar al compromiso moral que tiene el periodista no sólo con el público sino con él mismo en clara defensa a su trabajo. Pero ¿qué es la moral? Para el filósofo alemán Friedrich Nietzsche la moral es un invento de los hombres para contenerlos dentro de un marco social aceptable. Ese marco al que hace referencia el pensador no es otro que las buenas conductas de convivencia de las personas, las leyes que limitan sus accionares –y el de los periodistas también por los juicios por calumnias e injurias-, en definitiva una inmensa cantidad de pautas del buen vivir. En definitiva la moral de cada individuo está medida por cada una de las mismas personas. Lo que es moral para uno puede no serlo para otro, o ¿acaso no vemos reiteradas veces que quienes pregonan o defienden una postura moral muchas veces la corrompen? Y ¿ahora? La palabra corrupción; flagelo tan presente en la actualidad. El periodismo no está exenta de ella, y lo peor es que es muy notoria, entre otras cosas, porque el periodismo es exposición. La opinión que hace la gente común de los periodistas reconocidos en el medio está en la misma calle: el público sabe lo que escucha y de parte de quien viene cierta idea u opinión. Por el análisis se puede concluir que tenemos 2 conceptos subjetivos (buena fe y moral) que definen a un concepto subjetivo como es, paradójicamente, la objetividad; y por otro lado se nombró algo tan tangible como la corrupción: la gran promotora de unos cuantos males.
¿Estamos frente a una discusión estéril? ¿Un coloquio que no lleva a ningún puerto? Algunos códigos de ética de periodismo indican, entre otros puntos que:

- El periodista es garante del derecho a la información que asiste a toda persona.
- La información que suministre será veraz y condicionada al bien común.
- Pondrá todo su empeño en buscar la verdad, y cuando haya incurrido en error, toda su capacidad en remendarlo.
- Procurará que su ánimo esté libre de prejuicios y de odios en el momento de suministrar información.
- El periodista es un servidor público.

Más allá de que estas cláusulas parecieran sonar a demasiado son el compromiso que cada comunicador debiera asumir al momento de dar una información. ¿Estarán estos códigos colgados en las paredes de los medios de comunicación? O lo que es peor ¿estará en la conciencia de quienes ejercen esta profesión?

Entrevista a Nelson Castro

Puede gustar o no su estilo, se puede compartir su visión o no con respecto a la problemática social pero es indudable que a Nelson Castro, uno de los principales referentes en el periodismo, se lo asocie con una cualidad que debe tener todo periodista: honestidad y objetividad al informar.
Nelson Castro, es conductor desde hace trece años del programa "Puntos de vista" en Radio del Plata y desde hace ocho "El Juego Limpio" en Todo Noticias (TN).

¿Se puede hablar de objetividad en el periodismo?
Creo que la objetividad en el periodismo debe ser un imperativo moral. Significa para mí ser fiel a la información, transmitirla sin recortes o sobre-interpretaciones.
La gente debe estar informada para forjar su propia opinión y es la principal misión del periodista proporcionarle los datos necesarios.

Entonces, ser objetivo, trae algo así como “complicaciones”, el periodismo local se siente de alguna manera censurado?
En mi caso yo no tengo ningún tipo de censura; muchas veces opino cosas distintas. Lo que pasa que todos no tienen esa situación, ese es el problema que hay, no está mal que un medio tenga su línea editorial, es perfectamente lícito, es bueno y aconsejable que pueda tener voces distintas dentro de esa línea editorial, eso es el ideal pero se ve poco.

¿Qué opina de la libertad de prensa en la Argentina?
Es irregular, hay un grupo minoritario que tenemos plena libertad de prensa, Jorge Lanata, Magdalena Ruiz Guiñazú, y hay una mayoría enorme que no tienen libertad de prensa y yo me siento comprometido para que todos puedan tenerla. No es un privilegio de unos pocos sino que es un derecho, no solamente de los periodistas si no de la sociedad.

¿Cómo analiza la situación de corrupción en el periodismo?
Necesitamos un recambio cultural, estoy trabajando mucho el concepto de construcción de ciudadanía, hay periodistas que de alguna manera “operan” a favor de este u otro y eso hace a la corrupción por no ser justamente objetivos u honestos. Uno podría pensar en el recambio con las nuevas generaciones, pero creo que se deben cambiar los conceptos culturales de la sociedad en su conjunto. Siempre pongo de ejemplo una encuesta que hizo el año pasado la Universidad de Belgrano, le preguntaban a gente joven: “Si ustedes no fueran sorprendidos ¿cometerían un acto de corrupción?” El 50% respondió que si. El germen del problema esta ahí. Tenemos que trabajar mucho de cara a nosotros, tenemos que asumir la responsabilidad de este discurso que es menos simpático. ¿Cómo sociedad somos tan distintos que esos dirigentes? Y… muchos no.

¿Le alcanza con denunciar hechos de corrupción o sueña con hacer algo o en participar en algún cambio?
Mi trabajo es ser periodista, mi aporte en el cambio es este. Yo no tomo al periodismo como un medio para alcanzar otras finalidades políticas. Nuestro trabajo tiene una consecuencia política en el sentido amplio muy fuerte. Creo que nos toca una responsabilidad enorme. Para el periodista el campo de acción es este, el denunciar, el informar, el generar espacios de pluralidad. Permitiendo que la gente se exprese generas fenómenos de cambios en la sociedad, una sociedad más independiente del poder.


¿Usted considera que no hay programas serios de periodismo en la televisión abierta?
No hay programas de calidad periodística básicamente por dos cosas, primero tiene un precio político ya que es muy fuerte para un canal de aire tener a ciertos periodistas. Y segundo que tenemos que cambiar la achura de los programas políticos, el que yo hago para el cable está bárbaro, pero para la televisión abierta está agotado. Para la televisión, hoy con lo que es la competencia, hay que usar un lenguaje más televisivo, con producción. Exige costos y es un elemento más que hace que esto no se haga. Hoy un programa alrededor de la mesa no aguanta, además porque los protagonistas pesados, que hoy son menos que en la década del 90, no van.

No hay comentarios: